¿Escupir, un arte repulsivo o elegante?

   Si ya participaron en una cata digna de ese nombre, inevitablemente se encontraron cara a cara con un objeto extraño: la escupidera.

Este objeto no hace parte de la decoración de la mesa, está ahí para que usted escupa el vino en vez de tomarlo. Cierto tenemos que confesarlo : escupir en público no es agradable incluso para los profesionales que lo hacen en su cotidiano. Por otro lado, catar no es catar sin escupir. ¿Por qué? Porque catar es fiarse de sus percepciones y el alcohol etílico presente en todos los vinos altera estas percepciones. Se plantean entonces distinctos problemas.

 

   El primero, por supuesto es el peligro del consumo excesivo de alcohol; adicción, accidente de tráfico, comportamientos inadecuados, etc. Todos los profesionales de vinos y licores preconizan un consumo responsable de bebidas alcohólicas.

 

   El segundo es el efecto del alcohol sobre los sentidos, la deformación del gusto es muy importante y los sabores parecen insípidos cuando consumimos alcohol.

 

   El tercero es la deshidratacíon debida del consumo de bebidas alcoholicas. No parece muy alta, pero una diminución de un pequeño 2% de nuestro nivel de hidratación disminuye en un 20% nuestra actividad cerebral así pues la capacidad de concentración. La cata es un método para llegar a indagar el perfil de cada vino, entonces una perdida de concentración impacta la lectura de los vinos.

 

   En consecuencia, el secreto de una cata exitosa es escupir y tomar agua frecuentemente.

 

   Pero ¿comó escupir sin ensuciar su nueva camisa blanca? Siga los siguientes consejos y suscita la admiración de sus compañeros durante las catas :

   Ahora sí están listos para el campeonato del mundo del escupitajo.

 

   Para concluir, con un poquito de experiencia, escupir no es repulsivo. Si no es un arte elegante, podemos, sin lugar a dudas, escupir con confianza y respeto a los viticultores. ¡No olviden practicarlo en sus catas!