Por Andrew Jefford
Publicado en el blog del Wine Scholar Guild  - Traducción de Alexandre de Bilderling
Miércoles 5 de febrero 2020, 9.50 a. m.

Consumado periodista del vino y asesor académico de la Wine Scholar Guild, Andrew Jefford tiene décadas de experiencia observando la evolución de la industria del vino francés. En este artículo, se enfoca en las tendencias que están determinando el futuro de la región de Champagne; el paisaje, el clima, la industria y, finalmente, las nuevas modas de los productores en la bodega.

La economía regional y el mercado del vino

La publicación de los datos económicos de 2018 por el CIVC (Comité Interprofesionnel du Vin de Champagne) https://www.champagne.fr/es/pagina-principal  muestra que la región se mantiene en una posición envidiable. Las 33.843 hectáreas de viñedo de la región producen vinos que ocupan el segundo puesto en la lista de las mejores exportaciones de Francia en el sector de los vinos y espirituosos antes de los vinos de Burdeos de lejos (con 4% de la superficie de viñedos en Francia, Champagne representa 22% de las exportaciones en valor). Las ventas de los dos mercados más importantes para la Champagne, Francia y el Reino Unido, siguieron disminuyendo entre 2017 y 2018 (de 4,1% para los dos), como también lo hicieron el año anterior (un descenso de 11% entre 2016 y 2017 para el Reino Unido). Sin embargo, esto se compensó ampliamente con el crecimiento de las ventas a mercados más lejanos como les EE.UU. (ahora el mayor mercado en valor para las exportaciones de Champagne), Sudáfrica (+38,4%), Singapur (+15,3%) y Rusia (+13,1%).

Las 340 Maisons de Champagne (NDT: las marcas grandes en Champagne) se mantienen líderes con más de 70% de las ventas de Champagne; las ventas de los 16.000 viticultores de la región bajaron ligeramente hasta 18,2% (en 2009, alcanzaron el 25,5%); las ventas de las Caves Coopératives (NDT: asociaciones de productores que unen su producción para reducir la inversión en el costoso material de elaboración de vino)  aumentaron un poco hasta el 9,2% (Champagne tiene 140 Caves Coopératives). Dicho esto, los productores conservan el poder en la región, ya que son proprietarios del 90% de los viñedos.

El Champagne brut sin cosecha (NDT: « Non vintage » en inglés, « Brut sans année » en francés) todavía representa 79,3% de las exportaciones (y 65,8% de las exportación en valor). El Champagne rosado ahora representa 9,9% en volumen de la exportación y 11,8% en valor mientras que las las Cuvées Prestige alcanzan 4,8% del volumen exportado y 16,2% del valor. Las ventas de Demi-sec, Extra brut y Brut nature están aumentado también, esto confirma la tendencia en la diversificación de la oferta de los Champagnes. Aunque los vinos de Champagne representan solamente el 10% de todos los vinos espumosos consumidos en el mundo, acaparan el 36% de esta misma categoría en valor.

Precio de la tierra

El precio promedio de las hectáreas de viñedo en Champagne en 2016 fue 1.113.500 €/ha, mejor dicho, el precio medio más alto para los viñedos de Francia. Este precio ha cuadruplicado desde 1993 en Champagne. En 2008, se presentó un proyecto para revisar la zona de producción de la DOP Champagne, ampliando la superficie de vinícola de 319 a 357 pueblos. Ahora bien, el tema es muy controversial y hasta ahora, no se han hecho cambios en la zona vinícola. Los estudios detallados sobre la potencial ampliación de las parcelas continúan.

En el viñedo

El comité europeo sobre Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (PAFF Comitee) planea reducir la cantidad de cobre utilizada en los viñedos y otros lugares en los próximos siete años (2018-2025) de 6kg/ha/año a 4kg/ha/año debido a la preocupación por el impacto ambiental de este metal pesado. Esto afectará principalmente los viticultores orgánicos, sobre todo en las regiones sensibles al mildiu como la Champagne, ya que actualmente no existe una alternativa orgánica al uso del sulfato de cobre. Eso a pesar de que la región de Champagne afirma haber reducido el uso de productos fitosanitarios (fungicida e insecticida) de 50% desde el año 2000.

Una de las soluciones para regiones como Champagne es el uso de paneles de recuperación en el equipo de pulverización. Estos permiten la recuperación y la reutilización de hasta el 80% del cobre. Sin embargo, es una solución temporal porque el objetivo final de la UE, es la eliminación total del cobre en la agricultura.

Los métodos orgánicos y biodinámicos siguen avanzando en Champagne. Los viticultores principales defendieron hace años estos métodos (algunos con certificación, otros no), pero las grandes Maisons de Champagne con viñedos propios se encuentran ahora entre los más emblemáticos representantes de estos métodos, en particular Rœderer que tiene la mitad de sus 240 ha de viñedos propios (lo que les permite producir 80% de las uvas que usan) con métodos biodinámicos, con certificación para 10 ha.

Calentamiento climático

Los cambios climáticos que asusta a muchos productores de Champagne, puede ser un reto fundamental para la región: las fechas de brotación, floración y cosecha se están adelantando, el clima agitado impacta el ciclo vegetativo de la vid, y el nivel de acidez natural en los mostos está cayendo. Cinco de las últimas quince cosechas empezaron en agosto.

¿Cuáles son les soluciones? Algunas Maisons de Champagne (como Taittinger y Vranken Pommery) han invertidas en los viñedos del Reino Unido. El CIVC desarrolla una investigación a largo plazo cuyo objetivo es producir un cruce o una hibridación de las tres cepas principales con súper genes, utilizando técnicas de selección asistida por marcadores, que permite aportar a las nuevas cepas resistencia a enfermedades y rasgos de cosecha tardía sin perder ni la elegancia, ni el carácter de las cepas originales. Otras soluciones, como cosechar temprano o bloquear la fermentación maloláctica, tienen tanto inconvenientes como beneficios.

Después de años de cosechas muy maduras, las Maisons de Champagne podrían empezar a producir mas vinos tranquilos en la DOP Coteaux Champenois así como Champagne, aunque existen muy pocos señales de esto y la DOP Coteaux Champenois se mantiene en un mercado de nicho.

Por último, con respecto a la sostenibilidad: los viñedos de Champagne producen pocos residuos. De las 120.000 toneladas de madera y subproductos resultante de la producción de Champagne, el 75% se devuelve directamente al suelo y el 25% se quema, dejando media tonelada de aceite equivalente por hectárea. La huella de carbono de la región de Champagne bajó de un 15% entre 2003 y 2013, y la región tiene como objetivo reducirla en un 25% con respecto a los niveles de 2003 para 2025 y en un 75% con respecto a los niveles de 2003 para 2075. En 2010, la botella oficial de Champagne se aligeró de 900g a 835g, lo que ahorra 8.000 toneladas de CO2/año.

En la bodega

Las dos tendencias principales en las bodegas de Champagne son el alcance de las técnicas de producción oxidativa o reductiva, y el nivel de azúcar agregado al vino en el licor de expedición durante el dosage de los vinos de Champagne después del degollamiento.

Sin lugar a duda, un poquito de oxidación controlada y las técnicas de envejecimiento de los vinos de Champagne, pueden aportar complejidad al vino al final del proceso. Lo muestran muchos ejemplos de grandes Maisons de Champagne; el uso de vinos fermentados en barrica como vino de base o de reserva en la elaboración de vinos de ensamblaje tan complejo como el Krug Grande Cuvée, o de vinos de reserva con envejecimiento en botella para Bollinger. Muchos de los principales viticultores de Champagne (el famoso Anselme Selosse por ejemplo) hacen un excelente uso de la madera (y, más recientemente, de las jarras de arcilla).

Aunque algunos enólogos claves cómo Jean-Baptiste Lecaillon de la Maison Roederer, enfatizan que no es un estilo de reducción, la mayoría de los productores de Champagne continúan a producir de una manera que protege el vino de la oxidación durante todo su camino hasta la copa. El señor Lecaillon describe sus vinos con descriptores de “aroma primaveral, pero sin aroma otoñal”. “No nos gusta la oxidación en Roederer, queremos todo cristalino. No hay reducción, no hay oxidación: como si viniera directamente del viñedo”.

El Champagne también pierde su azúcar: Extra brut y Brut nature (menos de 6g/L) tienen un crecimiento de 35,4% por volumen en los últimos diez años, con un desarrollo muy fuerte en la exportación y con los aficionados de Champagne. Las principales Maisons que producen brut siguen también esta tendencia. Por ejemplo, el brut de Dom Pérignon antés tenía 10g/L de azúcar después del dosage, contra 7g/L ahora, y baja hasta 5g/L para la cuvée Œnothèque.

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